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LOS MORISCOS: EXPULSIÓN Y DIÁSPORA

Editores:

Los moriscos
ISBN:9788437099941
Editorial: Universidad de Valencia
Fecha de la edición:
Lugar de la edición: Valencia. España
Colección: Biblioteca de Estudios Moriscos
Encuadernación: Rústica
Medidas: 21 cm
Nº Pág.: 481
Idiomas: Español
25,00 €

Fuente: http://www.marcialpons.es/libros/los-moriscos/9788437099941/

La expulsión de los moriscos de Baena

Juan Aranda Doncel 14/12/2013
Los naturales del Reino de Granada expulsados de Baena. Estudio preliminar y edición: Jesús L. Serrano Reyes. Transcripción: María Luisa Vílchez Rodríguez. Edita: Fundación Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena. Publicación: Diputación de Córdoba y Ayuntamiento de Baena.
A la rica y extensa bibliografía sobre el tema de la expulsión de los moriscos se suma este libro que acaban de publicar la Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento de Baena a través de la Fundación Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena.
El volumen a color, con 460 páginas, reproduce en formato facsimilar un documento que se encuentra custodiado en el Archivo Histórico Municipal de Baena. En él se recoge la tramitación llevada a cabo en esta localidad para la expulsión de los moriscos desde el 9 de noviembre de 1609 hasta el 14 de febrero de 1610 en que debieron salir de Baena.
Esta nueva aportación va precedida de un estudio preliminar y de la transcripción del mencionado documento. El difícil manejo de todo lo más importante que ha ido aflorando en la historiografía sobre el tema aparece en esta cuidada edición sintetizado en un despliegue del contexto histórico, donde se guía al lector hacía la comprensión del documento baenense usando desde las fuentes más actuales a las de la época.
Además de una panorámica histórica muy completa que arranca desde las Capitulaciones de Granada (1491) hasta desembocar en los años de la expulsión, el editor ha investigado sobre personajes baenenses de la época que tienen relación con los moriscos, aportando nuevos datos. Ofrece una nueva fuente histórica para documentar la participación de Luis Carrillo y Sotomayor en el sofocamiento del Valle de Laguar; revela el papel del padre de este joven poeta, Fernando Carrillo, que fue presidente del Consejo de Hacienda, en relación con los temas económicos que atañen a los moriscos; pone al día las fuentes para una biografía de Juan Latino, poeta negro que fue catedrático de latín en la Universidad de Granada y apologista de Juan de Austria y de la expulsión de los moriscos en su Austrias Carmen e identifica a Juan Jiménez Colodrero como padre del poeta Miguel Colodrero de Villalobos, siendo uno de los cristianos viejos que estos proponen para que los acompañen en su expulsión.
La investigación incluye un estudio demográfico por parroquias, por edad, sexo, facilitando una nómina de 297 moriscos que figuran en un apéndice final con nombres y apellidos.
Es todo un acierto facilitar este documento de forma legible mediante una excelente transcripción. Tanto los interesados en la lectura de temas históricos como los investigadores tienen ante sí una nueva y fructífera aportación dispuesta para su disfrute.

Justo Navarro nos sumerge en la Alpujarra para recrear la rebelión de los moriscos con 'El país perdido'

Justo Navarro. Foto: EUROPA PRESS/
PHOTOGRAPHER PAKO MANZANO

Este título, de la colección 'Ciudades andaluzas en la Historia', combina el ensayo histórico, la narración y el relato de viajes

   SEVILLA, 17 Abr. (EUROPA PRESS)     
   El escritor Justo Navarro presenta el libro 'El país perdido. La Alpujarra en la guerra morisca', un nuevo título de la colección 'Ciudades andaluzas en la Historia', editada por la Fundación José Manuel Lara. En esta obra narrativa que combina el relato, el recorrido histórico y la descripción geográfica sobre el terreno, el autor retrocede más de 400 años y nos muestra --también en un cuaderno de imágenes-- un país rico y abierto al mundo a través de sus huertos y de los mercados de la seda, pero que acaba convertido en campo de batalla por culpa de la guerra de la Alpujarra (1568-1571), que conllevó tras tres años de asedio, la definitiva expulsión de los moriscos.
   En 'El país perdido', La Alpujarra, inagotable y múltiple, es también el foco de un episodio culminante de la historia de España, que según Juan de Austria significó el final de la Reconquista. La sublevación morisca fue una guerra determinada por las características del territorio, que se extiende por la vertiente sur de Sierra Nevada y las faldas de las sierras costeras hasta el Mediterráneo, entre los ríos Guadalfeo y Andarax. Vergel y tierra escarpada, la Alpujarra es un país incitante y a la vez hermético, encastillado en la naturaleza y con prestigio de irreductible frente a los invasores prerromanos, romanos, godos o árabes.
   Según la información facilitada por Fundación José Manuel Lara, Navarro señala que la monarquía que nace con el Estado moderno "exigía que esa importante presencia social, económica y cultural, que eran los moriscos del reino de Granada, desapareciese de España. La Corona implicaba la existencia de una única ley, de una única religión muy ligada al sistema legal, de una sola cultura", por eso, continúa, "la rebelión de la Alpujarra pudo ser un hecho provocado". Asimismo, afirma que esta zona fue el centro de la guerra porque "era un vergel y una fortaleza natural con fama de irreductible".
   Además, el autor afirma que la Alpujarra era la tierra de la seda, y "la seda era una fuente de ingresos muy importante que aportaba el reino de Granada a la Corona", por lo que "esta actividad era motivo de rivalidad económica entre los cristianos nuevos del reino de Granada y las ciudades sederas de Castilla". En sentido, añade que los principales cabecillas del alzamiento "pertenecían a familias dedicadas a la seda, un mundo netamente morisco", y una población "muy rentable", que "sostenía prácticamente el aparato", ya que "se les hacía pagar los efectos derivados del especial cuidado que había que tener con ellos, por sus relaciones con el norte de África".
   Igualmente, y sobre en qué momento se rompe la última posibilidad de convivencia entre cristianos viejos y cristiano nuevos --los moriscos--, Navarro explica que los moriscos "pagaban por mantener su manera de vestir, de comer, de disfrutar de sus fiestas y de sus ritos, aunque solo fuese en el espacio de su familia. Era como si permanentemente pagasen un rescate, un precio por que se les dejase vivir según sus costumbres y hablar como sabían hablar. Con dinero habían conseguido ir aplazando el cumplimiento de las leyes", pero "eso se acabó el primer día de 1568, cuando se pregonó la pragmática que mandaba ejecutar todas las prohibiciones dictadas hasta entonces".
   "La intención de la nueva monarquía era extirpar a unos individuos que no se ceñían al modelo de súbdito que deseaban. Pero la eliminación definitiva de los moriscos estuvo precedida por un proceso de expolio continuado, ejecutado por los funcionarios judiciales y eclesiásticos. Las viejas relaciones de vasallaje habían pasado a la historia", continúa Navarro, quien cuestionado por cuál es la versión "más verosímil' de los tres los tres cronistas de la rebelión --Mármol Carvajal, Pérez de Hita, junto a Hurtado de Mendoza-- añade que "todo lo que sabemos de esta guerra lo escribieron cronistas que pertenecían la bando vencedor. Creo que es algo que hay que tener en cuenta".
   El autor presenta 'El país perdido' este jueves, a las 19,30 horas, en el Hall del Teatro CajaGranada de la capital granadina, un acto que, organizado por CajaGranada Obra Social, contará con la participación de Alejandro V. García. Además, el viernes 19 de abril, a partir de las 21,00 horas, participará en la Feria del Libro de Granada. Estará en la caseta de firmas de la Feria en Puerta Real, junto a las Fuente de las Batallas.

Frigiliana árabe y morisca: La Cabalgada de Frigiliana


Frigiliana (Málaga), 21 ago (EFE).- El 23 de julio de 1548, el deseo de buena parte de la población morisca de Frigiliana (Málaga) de abandonar la Península y llegar al Norte de África fue truncado por un ataque militar de los cristianos, que supuso la muerte y captura de los primeros, como se analiza en un libro.
El autor, el historiador Pablo Rojo (Málaga, 1974) ha señalado a Efe que su obra "Frigiliana árabe y morisca: La Cabalgada de Frigiliana" viene a arrojar luz sobre el periodo morisco de esta población del interior de la comarca de la Axarquía.
Rojo ha explicado que una cabalgada es un evento militar, usualmente a caballo, en el que se ataca a un grupo de personas, y en este caso, los cabalgadores eran hombres de fortuna procedentes de Vélez-Málaga, que, con la intención de obtener un cuantioso botín, acudieron a la playa de Burriana de Nerja para acometer a cincuenta piratas berberiscos.
Éstos habían desembarcado en la madrugada del 23 de julio de 1548, provenientes de Tetuán, y pretendían transportar en seis galeotas hasta su ciudad a los moriscos de Frigiliana, que entre hombres, mujeres y niños sumaban también unas cincuenta personas.
Con la llegada del alba, aparecieron los cristianos, que dieron muerte a casi todos los hombres de Frigiliana, mientras que los niños y la mujeres fueron hechos presos y conducidos a la cárcel de la Alhambra.
"La historia que sigue es apasionante, porque a través de la documentación del Archivo de la Alhambra, podemos hacer un seguimiento de lo que pasó con esas mujeres y niños, que fueron maltratados y esclavizados por los propios participantes veleños de la Cabalgada", ha manifestado Rojo.
El libro incluye las transcripciones de las declaraciones que hacen las moriscas para intentar probar su inocencia en el juicio que se celebró poco después.
Según el autor, estos testimonios son "impagables, por lo sentidos y reales que son", y algunos de ellos demuestran la relación de solidaridad que existía entre las mujeres moriscas y las cristianas de Frigiliana.
La presentación del libro tendrá lugar este sábado en Frigiliana, en el contexto del Festival de las Tres Culturas, y contará con la intervención del doctor en Historia Francisco Capilla y la historiadora Purificación Ruiz, que participarán en una charla sobre la presencia morisca en esta localidad.
El municipio malagueño, de unos 3.000 habitantes, fija como escenario de la convivencia entre culturas su barrio morisco-mudéjar, conocido popularmente como "Barribarto" y que constituye una de las estructuras arquitectónicas más puras que se conservan de la ocupación musulmana de la Península Ibérica.
El "Barribarto" cuenta con doce murales en los que se narra la batalla del Peñón de Frigiliana, que tuvo lugar en 1569, constituyó un episodio de la Rebelión de las Alpujarras y se saldó con la derrota de los moriscos. EFE

La expulsión de los moriscos fue una decisión política que pretendía acallar los escándalos del régimen del duque de Lerma


Así se explica en el libro editado por la UGR “El proceso de expulsión de los moriscos de España (1609-1614)”, de Manuel Lomas Cortés, quien analiza los hechos históricos que determinaron una de las mayores deportaciones organizadas en Europa durante la Edad Moderna
“La expulsión de los moriscos de España fue el resultado de una decisión política que buscó acallar los escándalos del régimen lermista y su falta de resultados en el exterior”, según explica el doctor en Historia Manuel Lomas Cortés en su libro “El proceso de expulsión de los moriscos de España (1609-1614)”, en el que analiza los hechos históricos que determinaron una de las mayores deportaciones organizadas en Europa en la Edad Moderna.
Desde abril de 1609 hasta enero de 1614 el proceso de expulsión de los moriscos ocupó el protagonismo de la vida política de la Monarquía hispánica. La expulsión de los moriscos fue concebida, según el autor del libro, Manuel Lomas, “como una respuesta ideológica que dotara al reinado de Felipe III de una identidad propia y lo vinculara a la conquista cristiana y los mitos fundacionales de la Corona”.
Así, precipitada por la inminente firma de la tregua en Flandes, la negociación no fue fácil. Y los preparativos fueron tratados como materia secreta ante el temor de chocar con la oposición de los moriscos y de sus señores. El duque de Lerma, apoyado por el Consejo de Estado, fue el encargado de trazar las grandes líneas del proyecto, reunir a cuantas tropas y escuadras fue posible y conseguir la financiación para aquel gran aparato militar.
El volumen, editado conjuntamente por la Universidad de Granada, Universidad de Valencia y Prensas Universitarias de Zaragoza, da cuenta de cómo, por orden de Felipe III, y en diferentes fases entre 1609 y 1614, alrededor de 300.000 personas fueron obligadas a abandonar sus casas y fueron abocadas a un futuro incierto.
Esta decisión de Felipe III, paradójicamente llamado “El Piadoso”, supuso un importante reto de gestión para una monarquía que vio en este destierro una oportunidad de afirmación política e ideológica, en un momento especialmente delicado. “El proceso de expulsión de los moriscos de España” trata de analizar las claves administrativas que permitieron llevar a cabo y culminar con éxito esta deportación, la forma de gobierno bajo la privanza del duque de Lerma y el desarrollo y capacidad de la burocracia hispánica a comienzos del siglo XVII.
El trabajo de Manuel Lomas Cortés, doctor en Historia por la Universidad de Valencia, adaptación de su tesis doctoral defendida en 2009, fue galardonado con el premio especial de doctorado de la Universidad de Valencia, en 2010.
El volumen, de más de 580 páginas, se estructura en cuatro grandes capítulos en los que el autor se refiere, respectivamente, a “La expulsión valenciana”, “El proceso castellano”, “El destierro catalana-aragonés”, y “Clausura del proceso general”.

'El duque de Lerma. Corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII'

El historiador Alfredo Alvar refleja en su nuevo libro el cambio político y el uso del poder en beneficio propio del duque de Lerma.

SEVILLA, 30 Nov. EUROPA PRESS

El historiador granadino Alfredo Alvar Ezquerra
El historiador granadino Alfredo Alvar Ezquerra refleja en su nuevo trabajo editorial, 'El duque de Lerma. Corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII' (La esfera de los libros) tres facetas de don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas como el cambio de rumbo que imprime a la acción política durante los últimos años de Felipe II, sus trabajos para engrandecer a todo su linaje y cómo tergiversa el sentido del poder público en beneficio privado y particular.

   En una entrevista concedida a Europa Press, Alvar, que presenta este martes el libro en Sevilla, ha precisado que el libro recoge como el duque de Lerma imprime un cambio de rumbo a la acción política española de su época. Así, en los últimos años de Felipe II y tras su muerte, donde existían personajes extraídos del tercer estado con poder enorme como Antonio Pérez o Mateo Vázquez de Leca, hay "un asalto al poder" de la aristocracia vieja castellana, encarnado por el marqués de Denia, quien tomaría las riendas del poder, "tolerándole muchas cosas", precisa.
   Por otro lado, aborda como éste, a principio del siglo XVII, rinde homenaje a todo su linaje, trabajando para su engrandecimiento y porvenir, desde su bisabuelo, que cuidó de Juana la Loca, y su padre, a quien se le murió el príncipe Don Carlos en los brazos.
   Asimismo, el duque de Lerma "tergiversa" el sentido del poder público en beneficio del poder personal y privado, siendo esto reflejo de la corrupción que ejecutó. Así, según ha expresado, consiguió una "enorme red clientelar, potenciando la política de la monarquía en función de sus intereses personales". De esta manera, cada vez que se iba a dar una crisis política "suelta a su gente para que sean devorados en su lugar y mantenerse por encima del bien y del mal", así hasta su caída en 1618 y muerte en 1625.
   'El duque de Lerma. Corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII', con más de 600 páginas, refleja como en un sistema en el que hay predominio del abuso de poder, una tergiversación de las instituciones y del ejercicio de éstas, "se impregna el mundo entero de una desmoralización, cuando no amoralización, pues si desde arriba todo vale, pues todo vale hacia abajo". En este sentido, ha añadido que como consecuencia se da "un proceso de descomposición social que tiene lugar en los regímenes corruptos, como ahora se ve en Haití".
   Alvar Ezquerra ha resaltado que el libro parte de la aportación de los historiadores, reivindicando su figura, que lejos de ser "un cantamañanas, fundamentan todo". Por otro lado, ha reconocido que en tiempos de Lerma "claro que hubo nepotismo", interpretándose éste de dos manera. Así, en el sentido pleno de la palabra, existió "un apoyo a los familiares, sin que reunieran méritos", pues era "una obligación moral de la aristocracia en los siglos XVI, XVII y XVIII".
   "Aunque no tengan méritos para auparlos, se colocan en puesto claves, creando cordones sanitarios alrededor de los reyes, para no solo controlar el cuerpo del rey, sino también su conciencia, que queda dentro de la tela de araña confeccionada en su entorno", ha explicado.

DOCUMENTOS INÉDITOS
   El autor de decenas de artículos y libros sobre los personajes más notables y las gentes más menudas de los siglos XVI al XVIII, desde Isabel I la Católica a Cervantes ha aclarado que esta biografía del duque de Lerma "no puede ser diferente" a otras. No obstante, ha subrayado "nunca hasta ahora se había localizado su archivo personal", por lo que el libro recoge el trabajo sobre las 'carpetillas' del marqués de Denia, donde guardaba sus documentos personales y se hace referencia a sus adquisiciones.
   Además, Alvar ha indicado que ha trabajado en el Archivo Histórico Notarial de Madrid, donde ha localizado a uno de los escribanos ante el que firma los contratos que se hacían para labrar la plata o la construcción de un palacio. Asimismo, es la "vez primera que se utiliza con profusión el Archivo Imperial de Viena, donde se reflejan las relaciones entre Madrid y Viena, que quebraron alrededor de 1605, dejando la casa de Austria de tener contacto entre sí, porque a Lerma no le interesaba esa relación y si con Francia", ha comentado.
   Por otro lado, el autor de textos sobre demografía histórica y estudios sociales de la Edad Moderna junto a Domínguez Ortiz ha subrayado que aquella España era "la primera potencia del mundo, un hecho que conviene que sepamos, pues actualmente tenemos muchos complejos de inferioridad, producto del sistema educativo y de la televisión".

"DECISIONES TRASCENDENTALES"
   En este sentido, ha añadido que algunas decisiones que se tomaban en Madrid o Sevilla afectaban al mundo político y económico de Europa, decisiones trascendentales como "la firma de la Tregua de los Doce Años en 1609 con los rebeldes calvinistas holandeses", realizada por Lerma, "pero no gratis", pues como herejes que eran, "había que compensarlos, llevando a cabo la expulsión de todos los musulmanes que quedaban en España", ha explicado.
   Alvar ha indicado que la expulsión de los moriscos tiene consecuencias graves, además añade que la firma configura una nueva mentalidad en Europa y refleja "la vulnerabilidad de las potencias".
   "Lerma es un ser fascinante e inteligente, que aprovecha el poder para lo suyo propio, sin importarle para nada los daños y prejuicios", ha afirmado. "El reinado de Felipe III es importante y no se ha estudiado convenientemente", ha lamentado, señalado el fallo existente actualmente en los agentes de socialización como los medios de comunicación de masas o la escuela.


"Documentos de los moriscos de Ricote y Ojós (1613)", nuevo título de la colección Editum fuentes

En esta obra, los autores, Isabel García Díaz y Santiago Otero Mondéjar, nos proporcionan una visión de los moriscos del Valle de Ricote a principios del siglo XVII, inmediatamente antes de la expulsión de España. Nos hablan del arraigo que tenían a su tierra, de sus propiedades y tipos de cultivo, las formas de religiosidad que practicaban, los acuerdos matrimoniales de última hora, o la cesión en adopción de los niños menores a cristianos viejos con el fin de evitarles un futuro más incierto. Para ello, se ofrece la edición de las escrituras notariales otorgadas por los vecinos de Ricote y Ojós pocos días antes de salir expulsados, una fuente que nos proporciona una visión más real y cotidiana de los moriscos, frente a la visión oficial que difundieron las instituciones de la época. El libro se presenta, pues, como un análisis de la expulsión de los moriscos españoles a la luz de los nuevos datos aportados por la documentación.

Éste es el segundo título de la colección Editum fuentes , colección dedicada por la Universidad de Murcia a la edición de fuentes históricas, y la publicación de investigaciones derivadas de las mismas. Se trata de poner  al alcance del investigador ediciones de textos manuscritos (de carácter jurídico, administrativo, económico, literario, bibliográfico, etcétera) realizadas con rigor científico, y acompañadas de estudios históricos o archivísticos. El objetivo es facilitar el aprovechamiento de estas fuentes, de difícil acceso, en estudios de  tipo jurídico, filológico e histórico en general.  Esta colección continúa la serie “Fuentes históricas de la Región de Murcia”, que fue iniciada por el profesor Miguel Rodríguez Llopis a finales de los años noventa en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia.



La UGR publica un libro sobre la transición de la sociedad granadina, de mudéjares a moriscos


El libro, publicado por la editorial de la , es obra del catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Málaga, Ángel Galán Sánchez

Ángel Galán Sánchez
Con el título “Una sociedad en transición; Los granadinos de mudéjares a moriscos”, la Editorial Universidad de Granada acaba de publicar un libro de Ángel Galán Sánchez, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Málaga, en el que se recopilan trabajos de investigación publicados por el autor entre 1982 y 2005.

En estos trabajos reunidos en el volumen que ahora edita la UGR se estudia a los mudéjares y moriscos granadinos durante los siglos XV y XVI. El autor se centra en determinadas cuestiones singulares que tienen poco que ver con la imagen tradicional.

Algunos de los hilos argumentales que se proponen en este libro son: explicar las conversiones forzosas al cristianismo en el contexto de la historia europea; analizar los instrumentos de poder cristiano que permiten prolongar la diferencia más allá de las convicciones individuales de los vencidos; describir cómo evolucionan las costumbres, la vida económica o las instituciones heredadas del Islam en un reino castellano; prestar atención a la compleja estructura interna de estas comunidades; o estudiar las razones por las cuales las comunidades granadinas decidían o no emigrar al Islam independiente.

Ángel Galán Sánchez nació en 1958 en Antequera (Málaga). Se licenció en Historia en la Universidad de Málaga, con Premio Extraordinario, en 1981. Obtuvo el doctorado en 1985, en la misma universidad, con Premio Extraordinario de Doctorado. Ha sido Fleming Scholar-Posdoctoral Research Fellow en la Universidad de Edimburgo durante el curso académico 1985-1986. Investigador invitado por el Instituto de la Cultura Material de la Academia de Ciencias de Polonia en octubre de 1983; Professeur Invité en la Universidad de Lyon-2 durante la primavera del año 2000; Chercheur Invité en la Universidad de Paris I-Sorbona y Membre Associé de la École de Hautes Études en Sciences Sociales durante la primavera del 2004.

Es autor de unos setenta trabajos de investigación, entre los que pueden citarse Los mudéjares del reino de Granada (1991); Una visión de la decadencia española: La historiografía anglosajona sobre mudéjares y moriscos (s. XVIII-XX) (1991), y en colaboración con R.G. Peinado Santaella, Hacienda regia y población en el reino de Granada: La geografía morisca a principios del siglo XVI (1997). Se ha centrado en el estudio de la población musulmana en el antiguo Reino de Granada en los siglos XV y XVI. Esto se complementa con un interés inicial por la arqueología medieval y por la historiografía sobre el pasado medieval hispano. En los últimos años se ha dedicado al estudio de la Hacienda regia en el reino de Granada y la Corona de Castilla.



Cervantes y el mundo musulmán


JUAN GOYTISOLO
Comentario sobre el libro: 
Moros, moriscos y turcos en Cervantes. Ensayos críticos
Francisco Márquez Villanueva 
Ediciones Bellaterra. Barcelona, 2010
La cautividad de Cervantes en Argel, presa de los corsarios turcos después de su participación en la batalla de Lepanto, ha hecho correr ríos de tinta en los últimos tiempos. El tema se presta a ello en la medida en que sus cinco años de aprisionamiento tuvieron una influencia decisiva tanto en su vida como en su obra. Lo que pudo aprender allí será siempre un enigma: la formación humana, y luego literaria, que le procuró dicha experiencia se decanta a lo largo de su creación, desde El trato y Los baños de Argel, que inician su frustrada carrera de dramaturgo, hasta el Persiles, pasando por Las novelas ejemplares, El coloquio de los perros y el Quijote. La ambigüedad y complejidad de su percepción del mundo musulmán, expuestas mediante una bien calculada estrategia cuya fineza sorprende y admira a cuantos calan en ella, autorizan toda clase de interpretaciones —muchas de ellas reductivas e interesadas— conforme a la perspectiva ideológica desde los que se sitúa el intérprete o glosador.
      • Cervantes constituye, de cara al islam, "un caso especial y nada fácil de encasillar, pues no es ni un resentido ni un colonizado cultural"
      Aunque desconocía los textos árabes, la mayoría de los recursos que utiliza en el 'Quijote' se hallan en 'Las mil y un noches'
      El Argel que conoció nuestro primer escritor se hallaba en las antípodas de la España tridentina e inquisitorial de Felipe II. Como nos recuerda Márquez Villanueva, la ciudad acogía a gentes de todas las procedencias, religiones y lenguas: era una encrucijada de etnias y de culturas. Este aprendizaje de la diversidad humana fue decisivo en la configuración de un pensamiento orientado a la busca de un cristianismo despojado de todos los lastres que acarreaba en la España filipina: los mitos nacionales y religiosos de la honra y la limpieza de sangre, el control de las costumbres, vidas y pensamiento por parte de quienes Cervantes denomina "las despiertas centinelas de nuestra fe".
      Como resume el autor, Cervantes constituye, de cara al islam, "un caso especial y nada fácil de encasillar, pues no es en ningún momento un resentido, un tránsfuga religioso ni un colonizado cultural. Y menos aún asume el menor papel de cruzado ni de inquisidor, que es lo que le pedía y esperaba el mundo oficial de su tiempo [...]. Le fascinaba la figura del morisco criptomusulmán y del renegado apóstata, pero él no fue nunca uno de ellos. Su religiosidad se orientaba hacia una depuración crítica inicialmente marcada por Erasmo y la ventana cronológica argelina equivale para él a una lección de relativismo". Gracias a su valoración objetiva de otras culturas, como las descritas por Antonio de Sosa en su imprescindible Topografía e historia general de Argel (1612), Cervantes sustituyó el consabido nosotros patriótico y religioso por un yo incierto que apenas alcanza a representarse a sí mismo.
      Con un rigor y erudición ejemplares, Márquez Villanueva sigue el itinerario a veces borroso de Cervantes a partir de su regreso a España en donde, como sabemos, no obtuvo recompensa alguna a sus méritos y servicios. Sin el arrimo de ningún mecenas y, frustrada su tentativa de emigrar a la Nueva España, se vio abocado a la mediocridad de una carrera administrativa y al mundo aleatorio de los negocios con el que trampeó la mayor parte de su vida, primero en Sevilla y luego en Valladolid, hasta la publicación de la primera parte del Quijote.
      Seguir el hilo narrativo de la representación del turco, el moro y el morisco en la obra cervantina es un ejercicio laborioso pero aguijador. Si la influencia oriental, en especial deLas mil y una noches, es una constante en la literatura peninsular desde el Conde Lucanor, la emergencia y moda de la novela bizantina con sus raptos, piratas, doncellas de virginidad asombrosamente preservada, travestidos y anagnórisis a la que Cervantes rindió tributo en El amante liberal, nos muestra que nuestro autor navegaba por aguas conocidas. La polinización del libro de los libros de Sahrazad a través de lo que llamo "autopistas de viento", condena cualquier tentativa de establecer una genealogía precisa. Cervantes desconocía los textos árabes pero muy significativamente la mayoría de los recursos novelísticos que utiliza en el Quijote se hallan ya en Las mil y una noches. El territorio de la duda cervantina —autor o autores que "sobre el caso escriben", el manuscrito de Cide Hamete Benengeli, la desautorización de la trama novelística...— es el Sahrazad, que, con su infinidad de transmisores de un relato sin cesar hecho y deshecho, fecunda un territorio nuevo: el que, en palabras del autor, convierte a Cervantes en "el centro de gravedad de la modernidad literaria". La hebra que llevará a Sterne, Diderot y el Bouvard y Pécuchet flambertianos, por no hablar de Gógol, Turguéniev y Chéjov, se madeja y desmadeja en Cervantes. La disolución de la responsabilidad autorial, tan sabiamente organizada por éste, crea la incertidumbre del lector sobre la voz que escucha y le concede el margen de libertad de pensar por su cuenta.
      La relación de Cervantes con el erasmismo a través de Huarte de San Juan, Arias Montano y de contemporáneos suyos como Martín González de Cellorigo y Pedro de Valencia, es analizado a la luz de sus coincidencias doctrinales con quienes querían acabar con la "negra honra" que paralizaba el país y lo convertía en una sociedad petrificada de "hombres encantados", para dar paso a otra en la que primara el trabajo y el mérito al servicio de la industria, el comercio, las ciencias, oficios y artes, como en los Países Bajos, Alemania, Francia o Inglaterra.
      La defensa de los moriscos por Pedro de Valencia, cuando propugnaba una política de asimilación mediante matrimonios mixtos con cristianos viejos en vez de la expulsión que finalmente llevarían a cabo el duque de Lerma y el patriarca Ribera, no pudo con el unanimismo castizo de la Bleda y Aznar de Cardona. Con su habitual estrategia de conceder la palabra a los portavoces de quienes comulgaban con aquél, Cervantes pone en boca de Berganza todos los tópicos de los cristianos viejos en El coloquio de los perrosen contraste con las reticencias de su congénere Cipión.
      Pero es en el conocido episodio del encuentro de Sancho con su paisano, el morisco Ricote, en donde se manifiesta con mayor nitidez —si ésta cabe en nuestro siempre "ambiguo, escurridizo y bifronte" autor—, la expresión de un pensamiento que se abría camino en Europa desde la bárbara ejecución de Sebastián Castellio: Hominem occidere, non est doctrina tuere, sed est hominem occidere (matar a un hombre para defender una idea no es defender una idea, es matar a un hombre): el del nacimiento de una ética individual que culminaría en la declaración de los derechos humanos.
      "Salí —dice Ricote— de nuestro pueblo, entré en Francia, y aunque allí nos hacían buen acogimiento, quiso verlo todo. Pasé a Italia y llegué a Alemania y allí me pareció que podía vivir con más libertad, porque sus habitadores no miran en muchas delicadezas: cada uno vive como quiere, porque en la mayor parte de ella se vive con libertad de conciencia".
      Estas pocas frases revelan la existencia entre los expulsos de una minoría —mayoría en el caso de los del valle de Ricote— que en el doloroso trance de dejar a la fuerza la tierra de sus antepasados, no buscaban cobijo entre sus antiguos correligionarios, sino en un ámbito en el que su condición de personas prevalecía sobre toda otra consideración de pertenencia nacional, étnica o religiosa. Ricote no habla como morisco ni cristiano ni musulmán: lo hace como un ser humano víctima de la injusticia y del monolitismo ideológico de la época.
      Señalaré antes de concluir este breve repaso al libro de Márquez Villanueva la incidencia del falso Quijote de Avellaneda en la genial creación de Cervantes. La acogida a Álvaro Tarfe en la segunda parte de la novela añade no sólo una dimensión nueva a la obra —la que podríamos llamar literatura sobre la literatura— sino muestra también la exquisita cortesía de Cervantes frente a los insultos de su imitador como "paradójico homenaje y reconocimiento de una superioridad incontrastable". Una hermosa lección para quienes a lo largo de la historia no se pliegan a las normas de la institución literaria del momento y son objeto por ello de ataques o ninguneo. Ni rencor ni amargura sino, parafraseando a Cernuda, "formas superiores de elogio" que incitan a convertir a sus detractores en personajes representativos de una incurable mediocridad.
      Publicado en ELPAÍS.com - BABELIA el 21-08-2010

      Manuscritos moriscos aragoneses




      María José Cervera Fras (Profesora Titular de la Universidad de Zaragoza, Área de Estudios Árabes e Islámicos) es la autora de Manuscritos moriscos aragoneses, una nueva guía para conocer Al-Andalus, editada por el Instituto de Estudios Islámicos y de Oriente Próximo bajo la dirección de  Gonzalo M. Borrás Gualis, y cuidada con esmero por Marisancho Menjón. Un diseño muy afortunado, breves datos muy rigurosos, ilustraciones...



      Los moriscos de Magacela

      Autores:
      BARTOLOMÉ MIRANDA DÍAZ
      FRANCISCO DE CÓRDOBA SORIANO
      Edita: Ayuntamiento de Magacela (Badajoz), 2010

      Por: Manuel Pecellín Lancharro



      Hace justamente cuatro siglos, varios centenares de miles de españoles emprendían las rutas del exilio forzoso. Unos ocho mil eran extremeños. Su culpa principal: permanecer leales a las costumbres de sus mayores. Inasimilables, escasa y malamente catequizados, tan parecidos a los “turcos” que amenazaban nuestros fronteras, violentos más de una vez, como todos los que sufren acosados, los “moriscos” parecían peligrosos a muchos de sus conciudadanos. Otros no dejaban de ponderar el valor de una mano de obra casi imprescindible, eficaz y barata. La polémica estaba servida desde decenios anteriores. Si la orden de expulsión había sido firmada por Felipe III en 1609, estuvo precedida de largos antecedentes, con debates públicos a favor o en contra de tan dura medida. Hombres como Pedro de Valencia, que en su muy razonable “Tratado acerca de los moriscos de España” (1606) se opuso, proponiendo nuevas fórmulas para integrarlos en el país, algunas discutibles para nuestra sensibilidad, resultarían desairados. Según antes ocurriese con los judíos peninsulares, miles de familias de origen musulmán se verán forzadas a abandonar en circunstancias penosas el hogar de sus ancestros. Para unos y otros, España quedará en la memoria colectiva como el perdido paraíso, junto con el recuerdo de un enorme agravio.

      Aunque la historia de los moriscos cuente con amplia bibliografía, incrementada en estas efemérides, los autores de la obra juzgan que siguen faltando estudios locales, tan útiles para las necesarias matizaciones. Apoyándose en D. Antonio Domínguez Ortiz, los consideran imprescindibles, pues resulta un error hablar de los moriscos como si de una sociedad monolítica se tratase. Expertos en el tema, amantes los dos de acudir a los fondos que tantos archivos mantienen casi vírgenes, Francisco de Córdoba y Bartolomé Miranda se proponen recomponer la vida cotidiana de aquellos antiguos practicantes del Islam en una población como Magacela , así como las circunstancias y resultados (catastróficos allí) de su expulsión. Para mejor comprender el problema, se retrotraen a las raíces musulmanas del pueblo y a la forma en que seprodujo la repoblación del territorio durante el medievo, sin perder nunca de vista el marco nacional del drama.

      Situada en el Partido de la Serena, perteneciente a la poderosa Orden de Alcántara (cuyos priores no siempre se mostrarán muy afectos a sus mudéjares, aunque al fin procuren impedir la expulsión), Magacela tuvo llamativas singularidades. Peor les iría en la segunda mitad del siglo XVI, bajo la amenaza cada vez más presionante de la aún joven Inquisición y la actitud intransigente de Felipe II . Según también ocurría en Extremadura con pueblos como Benquerencia y Hornachos (éste, muy belicoso), prácticamente todos sus habitantes eran “moriscos”. Sólo que allí habían conseguido una coexistencia pacífica con el escaso número de “cristianos viejos”. Ateniéndose a documentación de primera mano, los autores describen las costumbres (lingüísticas, ceremoniales, gastronómicas, higiénicas, religiosas) que hasta principios del XVII mantenía aquella población fuertemente islamizada, aunque pacífica, que quedará prácticamente desierta cuando en 1611 se ven forzados a abandonarla un largo millar de habitantes. De los 1.500 que debía de tener el año 1611, quedaron sólo unos 30. La mitad de la obra la constituyen los apéndices con tablas y documentos donde se ofrecen el nombre y apellidos de los desterrados, así como su edad, oficios, condición social, propiedades y condiciones en que fueron rematadas, nuevos adquirentes, etc. En definitiva, una perfecta reconstrucción, a nivel local, de aquella España barroca, donde la intolerancia , los afanes políticos, los miedos ancestrales y los intereses económicos dieron al traste con una pluralidad étnica aceptablemente mantenida durante siglos.