Una exposición virtual rememora la presencia de los moriscos en Castilla-La Mancha

TOLEDO, 11 Agosto (EUROPA PRESS) 

Como parte del proyecto de digitalización y difusión del patrimonio cultural que existe en los cinco archivos históricos provinciales, el Gobierno regional presenta la exposición virtual dedicada a la presencia de los moriscos en Castilla-La Mancha, en la que se refleja no sólo su vida en los años previos a la expulsión, sino también su salida de Castilla en 1610 rumbo a otras tierras, y los resultados de su ausencia.

Esta exposición permite sacar a la luz documentos conservados en los Archivos Históricos Provinciales de Castilla-La Mancha, que han servido de base para elaborar esta exposición virtual, a la que se accede a través de la página web del Gobierno regional, en la sección dedicada a Archivos y Bibliotecas (www.jccm.es), según ha informado la Junta en nota de prensa.

A través de esta exposición se recuerda cómo Felipe III aprobó, en 1609, el decreto de expulsión de los moriscos, con el fin de fortalecer la monarquía por medio de la unidad religiosa. Fue en julio de 1610 cuando se pregonó el bando de expulsión en las dos Castillas, Extremadura y La Mancha, un proceso que culminó en 1614 y que supuso el destierro forzoso y masivo de más de 300.000 moriscos, vaciando las tierras de la Península Ibérica.

Ésta es la quinta exposición virtual que el Ejecutivo autonómico presenta desde que se inició esta actividad el verano pasado, y está ligada al Archivo de la Imagen de Castilla-La Mancha, un recurso web que progresivamente incorpora los fondos fotográficos de los archivos históricos provinciales.

CUATRO SIGLOS DE SU EXPULSIÓN

Como se muestra en la exposición a través de una serie de documentos, desde la Edad Media, en Castilla, los moriscos constituyeron una comunidad respetada de iure, pero no de facto, y la permisividad de Carlos I con sus tradiciones finalizó con su reinado, limitándose después la libertad religiosa. Desde entonces, se condenó a toda la comunidad a vivir el islamismo de manera oculta y para la opinión pública, los moriscos eran sospechosos aliados del imperio Otomano.

Tras su salida —a partir de la Real Cédula de expulsión de 1609—, a la multitud de tragedias personales que quedaron reflejadas en los documentos, se unieron las consecuencias económicas y sociales, ya que además de verse afectados los expulsados, al resto de la sociedad se le privó de un componente especialmente dinámico y productivo.

El destino de los moriscos exiliados fue muy distinto, dependiendo de los lugares de acogida y la actitud de sus nuevos gobernantes en África, Europa o Asia. Por ello es difícil calibrar con precisión las consecuencias sociales, económicas o culturales de este éxodo, tanto como el número exacto de los expulsados o su ventura en el destierro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario