El enigmático castillo de Pop [Entrega 26]


por GERARDO MUÑOZ LORENTE                    
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE (XXVI)



En contra de lo afirmado por los cronistas de la época y, posteriormente, por la mayoría de los historiadores, nunca ha habido una fortaleza en la cima del Caballo Verde.


En relación a la rebelión morisca en el Valle de Laguar, varias veces menciona Escolano en su crónica el castillo de Pop: "En lo mas eminente a la vista de todos estos valles, huvo antiguamente un castillo, que se llamava del Pop, en cuyo sitio aun quedan parte de las ruynas. Es fortisimo de suyo: y no se puede subir a el sino por una aspera entrada, y uno a uno". Estas ruinas, por tanto, se encontrarían en la cima del más alto peñón del Caballo Verde, el tercero, el último lugar donde se refugiaron los moriscos.



También lo menciona el capitán cronista Antonio del Corral y Rojas: "Entrado en Murla [Agustín Mejía] fue a reconocer algunos puestos (É) vio arboladas vanderas en la cumbre y alto de sierra y castillo de Pop". Recordemos que Del Corral subió al tercer peñón el 28 de noviembre de 1609, enviado por el general Mejía, para pactar con los moriscos la rendición definitiva, pero que no llegó a la cima, donde se supone que estaba el castillo, ya que se quedó en lo que él consideraba era el acceso, estrecho y escarpado, a la entrada del mismo.

En la vertiente meridional del Caballo Verde, bajo el tercer peñón, abundan todavía hoy restos de cerámica morisca, desparramados por la ladera, y que fueron dejados allí por los moriscos cuando abandonaron el lugar precipitadamente tras aquellos nueve días, largos y angustiosos, de asedio. Además, visto tanto desde el valle como desde el sitio más alto al que llegó Del Corral, este escarpado e imponente peñón realmente da la impresión de estar encastillado y ser inexpugnable. Esto último sí que lo es por lo dificultoso que resulta llegar a la cima, pero no está, ni ha estado nunca, encastillado. Cualquiera que haya subido hasta allí, además de admirarse por el tremendo esfuerzo que debieron de hacer los moriscos, especialmente los niños, mujeres y ancianos, habrá podido comprobar que no existe en este sitio el más ligero rastro de un castillo, ni una pequeña ruina, ni cimientos, ni el más ligero vestigio de una edificación.

Entonces, ¿por qué Escolano y Del Corral, presentes en el valle de Laguar por aquellas fechas, daban por segura la existencia del castillo de Pop en la cima del tercer peñón del Caballo Verde? La respuesta más probable parece haberla encontrado el cronista murlí.

En su "Historia de Murla", Giner Guerri recuerda que el nombre del castillo de Pop, aunque ya existía antes, está documentado en 1244, en el Pacto de Alcalá de la Jovada, si bien su ubicación exacta nunca ha estado clara. En el Valle de Laguar y sus alrededores había (y hay) varios castillos, pero ninguno con el nombre de Pop: castillo de Adaguar (conocido antes como Azabaras), de Tárbena, de Jalón, de Castells, todos ellos perfectamente ubicados y con el nombre propio del valle o del pueblo más cercano. También está el castillo de Murla o del Puig de Orba, que se conoce así porque está construido efectivamente en lo alto de un montículo próximo a Orba. Entonces, ¿por qué se llama también de Murla? Los murlíes lo llaman actualmente el castellet de Orba, o simplemente el castellet, pero es indudable, por la mucha documentación existente, que éste es el antiguo castrum de Murla. Resulta no obstante que en esta población ya había otra fortaleza más antigua: el castillo-iglesia, el único "que queda intacto, con sus torres, una todavía almenada y la otra coronada por el moderno campanario, lamentablemente desaparecido el 1-5-1990", pero que carece de nombre. ¿Por qué no es conocido este castillo-iglesia como el de Murla, en vez de aquel otro situado en el término de Orba? La respuesta parece bastante sencilla: porque ya tenía otro nombre, aunque ahora se desconozca.

Fundamentándose en varios documentos (compraventa del castillo de Pop y la alquería de Murla en 1328; cabreves de mediados del siglo XVI a mediados del XVIII), Giner demuestra que en Murla existía una fortaleza dentro de la cual estaba la iglesia-castillo, la abadía, el ayuntamiento y otras casas. A partir de ahí, y con ayuda de la etimología, desarrolla la hipótesis (aceptable y hasta plausible) según la cual era éste el verdadero y olvidado castillo de Pop. Una hipótesis aceptada por las autoridades locales, tal como lo demuestra la señalización instalada en el centro de Murla, indicando de la existencia, a 150 metros, de la "Iglesia Castillo de Pop, Siglo XIII".

LA LEYENDA
¿Por qué entonces se formó la leyenda de que el castillo de Pop estaba en lo alto del Caballo Verde? Giner nos facilita también una respuesta lógica: "Durante todo el siglo XIV los documentos reales hablan continuamente de los castillos de Pop y de Murla, distinguiéndolos claramente al adjudicar uno y otro a personas distintas", hasta que ambos quedaron en poder de la misma persona a finales del siglo XIV e incluidos después en la baronía de Murla, donde ya no se distinguen ni se nombran tales castillos. A mayor abundamiento, la baronía de Murla pasó a formar parte del condado de Oliva y luego del aún más extenso ducado de Gandía, no volviéndose a mencionar ni el castillo de Pop ni el de Murla. "A esto se añade que en la primera mitad del siglo XVI el antiguo y venerable castillo de Pop se convierte en la nueva iglesia de Murla. Y desde entonces ya no se habla siquiera de castillo, sino de Iglesia. En 1609 Murla adquiere un relieve inusitado en las crónicas nacionales, porque en ella se concentran las tropas reales que van a combatir a los moriscos rebeldes que se han pertrechado en las crestas del Caballo Verde. Y las crónicas y los cronistas vuelven a desempolvar el nombre del legendario castillo de Pop, nombre que indudablemente se conservaba en la tradición y -tal vez- en la nomenclatura del valle. Pero durante más de dos siglos no se había aplicado al viejo castillo. Nadie sabía ya dónde estuvo enclavado. Y como normalmente los castillos, especialmente los de la comarca circunvecina, solían estar en la cima de los montículos, como lo delataban las numerosas ruinas, se supuso que el de Pop debió alzarse también en alguna cumbre. La más cercana a Murla era la del Caballo Verde, pero no era fácil encontrar ruinas de torreones o murallas derruidas. El Peñón de Adaguar da la impresión de lejos y de cerca de un baluarte inexpugnable en ruinas, pero muy pocos suben hasta él para cerciorarse de la persistencia de ruinas. Y la imaginación popular en busca de un castillo al que ponerle el nombre de Pop, lo colocó sobre aquellos impresionantes peñascos cimeros en los que no había ni rastro de castillo. Y los cronistas -como los periodistas de todas las épocas- se encargaron de dar cuerpo a la leyenda".

Y esta leyenda, convertida en tradición escrita, ha sido arrastrada por todos los historiadores (excepto Giner, obviamente) a lo largo de los últimos cuatrocientos años. En fecha tan reciente como el 10 de octubre de 1980, en el periódico "Las Provincias" aparecía un dibujo del "Castillo de Pop", extraído del libro "Alcalalí", publicado en 1970 y escrito por J. Maestre Palacio. En este libro el autor habla del emplazamiento del castillo de Pop en la cima del Caballo Verde, de su año de construcción, de su distribución, ilustrando el texto con el dibujo reproducido diez años más tarde por ese diario, "enteramente ajustado a las referencias cronísticas", pero con unas dimensiones tan enormes que, de haber sido ciertas, la fortaleza habría ocupado toda la cumbre de la sierra, convirtiéndose en uno de los más grandes (si no el más) de toda España.


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