Por T. Lakhal
Traducción del francés: José Urbano Priego
El Centro nacional de investigación en antropología social y cultural (CRASC) de Orán consagró, el miércoles pasado, una jornada de estudios referentes al “V centenario de la ocupación de Orán por los españoles, 1509-2009”.
Ocho temas tratando la cuestión figuraban en el programa de esta jornada de estudios, inaugurada por los profesores Abi Ayad, un hispanista reconocido, y Hassan Remaoun, historiador, referencia en materia de Historia. La problemática que se plantea para describir esta historia tropieza con el escollo de las fuentes documentales en primer lugar, y sobre todo de su origen. Archivos españoles, coloniales y locales, en particular a través de la oralidad y la literatura, sin olvidar los archivos otomanos. El profesor Remaoun, lejos del hecho anecdótico, esbozó una cartografía geopolítica y geoestratégica del siglo XVI. En resumen: crisis del sistema feudal en Europa, la aparición de una clase comercial, que abrió nuevas puertas comerciales mediante la vuelta a las rutas clásicas y, sobre todo, el repliegue de la expansión islámica, en particular a través de la caída de Granada. Acosar a los corsarios magrebíes en el Mediterráneo o continuar la Reconquista, era para el profesor una manera de legitimar esta expansión.
En cada tiempo sus legitimidades. “Las causas y las consecuencias de una ocupación” era el primer tema presentado por Mustapha Bedai, de la Universidad de Mostaganem, que sobre todo destacó las fuentes nacionales, como la de Mehdi Bouabdelli, Yahia Bouaziz o Tewfik El-Madani, para afirmar que esta ocupación es la “prolongación del la Reconquista” y rectificar algunas denominaciones, como la relativa al nombre de los musulmanes de Andalucía. “Morisco” es, para este profesor, una designación peyorativa, que significa “pequeño musulmán” y que sería necesario sustituir por “Ahl Al-Andalus”. Para este universitario, la ocupación de Orán no es más que el fruto de la concretización del sueño del cardenal Cisneros, que tuvo como consecuencia la aparición del movimiento de resistencia “Ahl Ribat”, como primer núcleo de la aparición de una conciencia nacional ante esta hegemonía, que tuvo que hacer frente a los españoles en memorables batallas informadas por Mohamed Touati, poeta, testigo de esta época.
“La rebelión morisca de Granada (1568-1570) y la posición de la Regencia de Argel”, era el segundo tema tratado por el doctor Chakib Benafri de la Universidad de Argel. Unos archivos turcos consultados por el investigador revelan que Selim II, entonces en el trono otomano, quiso intervenir para ayudar a la rebelión de los musulmanes de Granada que querían restablecer un Estado musulmán en Granada. Confió la tarea a El-Euld Ali, a la cabeza de la Regencia de Argel, mientras que la Sublime Puerta estaba concentrada en el proyecto de la conquista de Chipre. Un tanto debilitado por las numerosas rebeliones y conflictos especialmente con Rusia y la rebelión chiíta en Yemen, la coyuntura internacional, a pesar del entusiasmo religioso que representaba la cuestión de los musulmanes de Al-Andalus, no permitieron a Selim II enviar sus 3.000 navíos sobre las costas españolas, como estaba previsto. El-Euldj Ali, gobernador de la Regencia de Argel, envió unos 4.000 combatientes bajo la orden del capitán Hussein y su hermano Karakach a Abén Humeya y que, una vez llegados al lugar, lo liquidaron, seguramente para apropiarse de sus presuntas riquezas.
Y allí el hilo de la historia se paró en seco, sobre todo para estos dos mercenarios que no darán ya señal de vida en los anales. Eso ocurrió en el mes de noviembre de 1569 y el 31 de mayo de 1570 llegó la rendición y el inicio de las últimas expulsiones de los moriscos en número de 500.000 hacia el Magreb.
Abou Ras, un poeta local, describirá la conquista de Orán por los españoles y las distintas batallas que tuvieron lugar contra éstos. Un tema abordado por Mohamed Ghalem de la Universidad de Orán. Abou Ras fue contemporáneo de Mohamed El-Kébir, el liberador de Orán en 1792. Así, para cantar esta liberación, Abou Ras informará en su largo poema de la presencia española. De ahí la fuente de origen nacional que permitió a algunos historiadores hurgar en esta historia hecha a jirones. Ahí son relatados algunos nombres, lugares y hechos que, contrastados con otras fuentes, pueden percibirse como fuentes históricas. Otro tema tratará del terremoto de 1790 y de la destrucción de la ciudad, de ahí la desaparición de gran parte del patrimonio material de esta presencia.
Para Abi Ayad, que clausuró esta jornada, se conservan archivos españoles de una gran importancia que sería necesario desbrozar para que un capítulo de la memoria oranesa sea restaurado en su integridad y no siempre por las mismas fuentes.
La conquista es un hecho religioso. Cristiano entusiasta, el que más, Cisneros había manejado su patriotismo religioso para llevar a cabo su deseo de concretar y de prolongar el propósito de Isabel la Católica. Sin embargo los hispanistas argelinos se sienten en el deber de explotar los archivos españoles, cuyos historiadores comienzan a reconocer que la expulsión de los moriscos es un hecho histórico funesto para cientos de millares de musulmanes. Es una tragedia, aunque el historiador debe guardar toda la distancia con el hecho histórico. Otras fuentes, las de los turcos, que permanecieron casi cuatro siglos en Argelia y cuyos archivos son muy valiosos para los investigadores argelinos.
Señalemos por fin que, a título póstumo, se rindió un homenaje durante esta jornada a Míkel de Epalza y a Moulay Belhamissi.
El primero, un español, profesor de español en la Universidad de Argel a partir de 1973 y después de Orán. Tradujo de forma sobresaliente el Corán al catalán. Siendo arabista, escribió también sobre el Emir Abdelkader y sobre todo se había distinguido por poner a disposición las fuentes históricas españolas a sus jóvenes estudiantes argelinos. En cuanto a Moulay Belhamissi, es reconocido como una referencia sobre todo en lo que concierne a la historia nacional, y particularmente en relación con la presencia otomana.
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