23.03.11 - 00:08 - JUAN AGUILAR-SÁNCHEZ | HORNACHOS.
Hornachos abre un centro de interpretación de la cultura morisca.
En el museo se pueden contemplar alimentos, objetos y utensilios de la cultura morisca . :: JUAN AGUILAR |
Divulgar el conocimiento y el respeto a otras culturas y en especial de la cultura de los musulmanes españoles expulsados en 1609, ese es el objetivo del nuevo centro de interpretación de la cultura morisca que abrió ayer sus puertas en Hornachos.
El centro museístico está ubicado en un inmueble histórico que resume la riqueza del patrimonio de Hornachos: el interior del antiguo pósito o mezquita, al pie del castillo erigido en la Sierra Grande, entre dos valles que han marcado la historia del municipio, y que se conocen como el de los Moros y el de los Cristianos.
El inmueble ha sido acondicionado como continente para una exposición que habla de espacios, huellas y recuerdos, pero sobre todo habla de paisajes interiores a todos los moriscos 'hornachegos', hombres y mujeres que a lo largo de los 8 siglos de su presencia en la localidad contribuyeron a engrandecer la historia de España.
Tras la restauración del edificio se le ha equipado y dotado de las instalaciones necesarias para desarrollar una serie de actividades que permitan conocer mejor el importante foco de la cultura morisca que fue Hornachos.
Los contenidos que articulan la exposición ofrecen una lectura a diferentes niveles, aptos para todas las edades y capacidades, pero sobre todo se busca y se consigue atraer la curiosidad, provocar el interés y potenciar los desafíos que la propia historia de Hornachos plantea acerca de los moriscos.
El centro de Interpretación está segmentado en ocho ámbitos donde se pone de manifiesto el contexto y esa parte de la historia tan desconocida pero que es estudiada en las Universidades más prestigiosas de medio mundo.
En su recorrido por el centro el visitante podrá conocer la historia del edificio, elementos como las tejas árabes, la artesanía y la escritura árabe en las páginas de un facsímil, la ambientación también a través de dos maniquíes que simulan un matrimonio morisco donde «en primera persona cuentan su historia, como vivían, trabajaban y organizaban su familia que se complementan con soportes gráficos».
También se pone de manifiesto el momento del conflicto, «tres personajes decisivos cuentan en un audiovisual estructurado en tres soportes su versión del acontecimiento, estableciendo un diálogo a tres bandas entre el Gobernador, el Clérigo y el Morisco». Igualmente tiene su espacio el momento de la diáspora, el éxodo de los moriscos que fueron obligados por ley a abandonar su hogar y emprender un lastimoso viaje por la costa norteafricana, hasta encontrar un lugar de acogida que no fuera hostil con sus costumbres.
Otra zona es la que recrea la gesta de estos moriscos 'hornacheros', y su asentamiento en la zona de Rabat-Salé, con su pronta organización «fundando una república independiente con la apertura de embajadas en diferentes países europeos, y su dedicación al corso con el fin de comprar la vuelta a la tierra que les vio nacer».
El legado de los árabes a la cultura es muy amplio y abarca todas las expresiones, de igual manera los recursos para acercarse a los mismos son variados ofreciendo al visitante la oportunidad de aproximarse a su legado en forma de módulo de olores, una escenografía de sacos frutales, instrumentos típicos y se muestra al visitante el árbol genealógico de un descendiente del último regidor 'hornachero' antes de la expulsión, el coronel Bargach, de los Vargas, una persona muy influyente en la sociedad rabatí, amigo de la familia real alauí, y gran impulsor de la importante gesta de hermanar Hornachos con Rabat, una misma comunidad «separada por la intolerancia de la época y el fanatismo religioso».
La huella de los musulmanes españoles que fueron bautizados tras la pragmática de los Reyes Católicos de 1502 está latente en esta localidad extremeña y se puede apreciar en sus calles, sus construcciones hidráulicas, sus sendas o fuentes. Hornachos es una población donde el arte mudéjar es el protagonista en sus casas y en la idiosincrasia de sus gentes.
La huella de los moriscos 'hornacheros', de Salé y Rabat también se manifiesta en la alcazaba, organización social o en sus costumbres entre otras muchas manifestaciones. Hoy son poblaciones hermanadas, pero en el pasado fueron punto de origen y destino de un singular grupo de personas que escribieron una página importante de la historia.
Un camino de ida y vuelta como bien comentaba el alcalde de Hornachos, Francisco Buenavista, «este centro tiene que ser un foco de conocimiento mutuo, para aprender de los errores y caminar juntos a través del conocimiento de una parte muy grande de la historia común de esta comunidad».
El alcalde junto con la consejera de Cultura, Manuela Holgado, y la directora General de Patrimonio de la Junta de Extremadura inauguraron ayer este espacio que afronta el conflicto provocado por la expulsión de este colectivo durante el reinado de Felipe III, y su salida de este enclave en enero del año 1610 de unos 4.000 'hornacheros'.
La Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura impulsora del Centro de Interpretación de la Cultura Morisca, ha destinado una inversión total de casi 280.000 euros.
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