José Urbano Priego
[Mohammed Yusuf]
Ayer, 3 de octubre, nos llegó la fatídica noticia del fallecimiento de Mansur Abdussalam Escudero Bedate, defensor a ultranza, entre otras nobles causas, de la memoria de los moriscos desposeídos y expatriados del antiguo Al-Ándalus.
Doctor en Medicina, psiquiatra formado en la prestigiosa escuela de Carlos Castilla del Pino, Mansur Escudero dio un vuelco a su vida, al final de la década de los setenta, al aceptar el Islam como el método para su conducta. Sus capacidades personales, su carisma, su altísima talla intelectual y sus sobresalientes virtudes humanas le convirtieron de inmediato en el emir natural de los nuevos musulmanes españoles. Esta condición de líder llamado a dirigir los designios del emergente movimiento islámico en España le ha sido reconocida ampliamente hasta hoy mismo, a pesar de las discrepancias de ciertas personas o instituciones, lógicas y legítimas por otra parte tratándose de un asunto de tal naturaleza.
Hablando con el corazón, debo decir que Mansur era un ser excepcional. Con su afable presencia, su bondad y su buen hacer provocaba que todos los que le rodeaban se esforzaran en dar lo mejor de sí mismos. Se trataba de una corriente mágica —quizás esto tenga un nombre técnico en las ciencias de la Psicología o la Psiquiatría—, maravillosamente fructífera, que irradiaba cualquier actividad que se abordara con él. Quienes hayan tenido la suerte de trabajar hombro con hombro con él saben bien lo que quiero decir. Era un hombre que destilaba, ante todo, bonhomía, sentido común y respeto, un enorme respeto, a la discrepancia.
La ingente labor de Mansur Escudero en estos años ha supuesto, en mi humilde opinión, uno de los más valiosos puentes que se han erigido en el mundo en pos de la tolerancia y el respeto a la pluralidad en el ámbito de la espiritualidad y las ideologías. Luchó con valentía para que se conociera en estas tierras el Islam como el camino amable que él percibía. Los numerosos foros que conocieron sus ideales darán fe de los que les digo. Su manera de expresarse, tranquila, humilde y respetuosa, apelaba siempre a los más nobles sentimientos humanos. Su amplitud de miras estaba por encima de todo sectarismo o cerrazón mental. En pocas palabras, Mansur era un hombre bueno, en el sentido más universal del término.
Personalmente me siento enormemente honrado por haber tenido el privilegio de beber directamente de su fuente, clara y saludable, contándolo entre las personas de las que más he aprendido desde que lo conociera allá por 1984. Que estaba ante un hombre de profunda sabiduría es algo que yo experimentaba en cualquiera de sus conversaciones, por breve que fuera. No obstante, eran sus otros rasgos humanos los que me cautivaban ante su presencia. Su casa fue siempre un oasis de paz donde la puerta siempre estaba abierta para quien necesitara ayuda, consejo o sana compañía. A pesar de que en los últimos años, por avatares de la vida, estuviésemos más distanciados, siempre que tenga ocasión explicitaré mi agradecimiento a Mansur Escudero por todo el tiempo que generosamente me dedicó.
En la hora que estoy escribiendo, consternado, estas líneas, sus más allegados estarán preparando su funeral, que, en justicia, debiera tener los fastos, aún en su sencillez, de la despedida de un príncipe. Lamento profundamente no poder asistir a su sepelio porque mi frágil salud no me permite el desplazamiento hasta Almodóvar del Río, por lo que desde aquí expreso mi más sentido pésame a su viuda Kamila —una auténtica señora—, a sus diez hij@s, y al círculo de sus seres más próximos, como Hashim Cabrera, que por compartir su cotidianidad estarán desolados por tan enorme pérdida.
Hermano Mansur, no estés triste, Allah te ha concedido ahora el regalo de poder reunirte con tu amada Sabora, cuya desaparición, me consta, te laceró de muerte.
Pido a Allah que acoja al hermano Mansur Abdussalam en el Jardín de los Justos, recompense sus esfuerzos por Su causa y lo cuente entre el número de sus más leales servidores.
Shukran, assalamu aleikun, gracias y alegría por volver a oir tu voz, aún en estas praderas electrónicas. Que Allah te de lo mejor de cada una de tus vidas, masha Allah que nos daremos un abrazo. Barakalaufiq.
ResponderEliminarHashim
salam alaykum
ResponderEliminarThank you so much for making Mansur Escudero eternaly in our memory with his spain big family and Maata Moulana with cheikh El-Hadj Michri.
Shukran
Nafissa Tall