Manuel de León, escritor e historiador
Las relaciones entre los protestantes y los moriscos siempre han sido bastante desconocidas pese a que fueron de gran importancia. Igualmente son bastante desconocidos los datos sobre las posibles alianzas de comuneros con luteranos y de éstos con los judeoconversos. Los judeoconversos, sin embargo, sí han sido bastante más estudiados. Iremos viendo algunas implicaciones e identidades de unos y otros.
Las relaciones entre los protestantes y los moriscos siempre han sido bastante desconocidas pese a que fueron de gran importancia. Igualmente son bastante desconocidos los datos sobre las posibles alianzas de comuneros con luteranos y de éstos con los judeoconversos. Los judeoconversos, sin embargo, sí han sido bastante más estudiados. Iremos viendo algunas implicaciones e identidades de unos y otros.
Mercedes García-Arenal (1) cita cerca de 6000 procesos de moriscos solamente en el tribunal inquisitorial de Cuenca. Muchos de los moriscos también hablan con intenciones protestantes no sólo porque relacionan a Mahoma con Lutero como el cristiano nuevo de moro Come Abenamir (2), sino porque también están acostumbrados al Texto Revelado.
Mejor estudio es el de Louis Cardaillac (3) en el que pone de manifiesto que la postura inquisitorial frente al mahometano y el luterano es diferente, por cuanto al protestantismo no se le suponía germinando desde dentro (postura que sostienen muchos autores, pero que nosotros consideramos prorrumpiendo sin apenas influencias exteriores en el alumbradismo español) sino que venía de fuera, mientras el morisco estaba dentro, en el mismo territorio. “El católico no se defiende ante el musulmán, sino que trata de borrar sus costumbres para imponer las propias” (4). Para L. Cardaillac “no se puede estudiar el problema morisco sin interrogarnos sobre las relaciones que hayan podido existir entre moriscos y protestantes; en particular este estudio debería permitirnos precisar si la polémica de los moriscos es verdaderamente anticristiana o únicamente anticatólica”.
Las investigaciones de Cardaillac iban encaminadas a demostrar una comunicación bilateral que pudo servir para la difusión de bastantes ideas y sobre todo formando un frente anticatólico. En los procesos inquisitoriales del siglo XVI ya aparecen claras estas identidades entre moriscos y luteranos, no sólo porque era evidente la disidencia de ambos grupos y en este sentido daba lo mismo ser moro o luterano, sino porque en muchas cuestiones teológicas (sobre la virgen María, las imágenes, la Eucaristía) el mahometano estaba más inclinado al luteranismo. No hemos de olvidar que muchas de las iglesias de Aragón aparecían sin imágenes de la Virgen y sin la exposición del Santísimo. También la defensa de los protestantes era manifiesta. Guadalajara y Xavier (5) dice: “Con esta justa Expulsión bolvió nuestro invictisimo Rey por el honor de España: dando à entender con ella a los Protestantes, Calvinistas, Luteranos, y hereges de los Payses, quan falsamente imputan a los Españoles la decencia de destos Sarracenos: pues quedan purificados y limpios todos nuestros Reynos. Y à mas desto tapa y cierra las infernales, satyricas y desenfrenadas bocas de los pasquinistas y murmuradores (con aplauso del Vulgo) que sin tener para esto privilegio ni pagarles Republica, se arrojan temeraria y falsamente.”
Luis Bertrán (1526-1581) es el exponente valenciano de una predicación dirigida fundamentalmente a dos grupos bien definidos por los que muestra sus preocupaciones: “los herejes luteranos” y el problema “morisco”. Los luteranos y moriscos valencianos son los grandes quebraderos de cabeza de este predicador que, como Juan de Ávila, eran netamente evangélicos aunque en sus formas pareciesen católico-romanos. Ambos son tenidos por santos, sin embargo, en sus sermones, Luis Bertrán, según V. Cárcel Ortí (6) “no combatió los errores protestantes sino que se limitó a exponer la doctrina católica, sin defender verdades e instituciones eclesiásticas de las que no había por qué dudar. Su predicación estuvo centrada en la restauración de la vida cristiana entre el pueblo y en el retorno a las formas de disciplina regular para los religiosos, insistiéndoles en la necesidad de la oración, penitencia, vida mística e inmolación total.”
El Patriarca Ribera, también evangélico, en sus cuantiosos sermones, también tenía sus preocupaciones para los moriscos y luteranos. Este predicador y filósofo valenciano parece que estuvo relacionado con la más rancia nobleza valenciana, aunque tuviese preocupaciones a favor de los débiles y en este caso los moriscos. La relación con la nobleza, especialmente la de los Centelles y los Borja, Calabria y Zenete, que tenían inclinaciones reformadoras y en muchos de ellos luteranas, tuvo su acercamiento con los vasallos moriscos del conde Oliva en su varonía del Valle de Ayora, especialmente con los Centelles evangélicos y reformadores luteranos. Ximeno, en su estudio sobre los escritores valencianos explicó las campañas que realizó en el Valle de Ayora:“Pero aunque su ocupación ordinaria era esta, no por esso dexava de sembrar desde los pulpitos la semilla de la doctrina evangélica en los Corazones de los fieles. Más de cuarenta y siete años se empleó con ardentissimo zelo del bien de las almas en este apostólico ministerio, como él confiessa: y aviendo passado en el año 1538 á predicar, y enseñar la Doctrina Christiana à los Moriscos de la Valle de Ayora à instancia de D. Francisco de Centelles, que ya era Conde de Oliva, y Señor de Aquellos lugares, lo executó por más de un año con tan feliz sucesso, y con tanto gusto y alegría de aquellos miserables, que le obligó a hacer una representación poética, que intituló Pro Saracenis Neophytis, dirigida a D. Jorge de Austria, Arzobispo de esta Santa Iglesia, por manos de D. Juan de Gais, Canónigo de Valencia y Vicario General de esta Diócesis, y en la carta que a éste escribe, fecha en el Castillo de la Valle de Ayora à 15 de enero de 1539”.
NOTAS
(1) Inquisición y moriscos: los procesos del Tribunal de Cuenca escrito por Mercedes García-Arenal Siglo XXI de España Editores, 1987 (2) “Este declarante le dio ciertas razones dándoles a entender que su ley era mala y que Mahoma fue como Martín Lutero, y los susodichos disputaban con este testigo dándole a entender que su secta de mahomanes era mejor que la ley de los cristianos”. (3) Morisques et protestants. Louis Cardaillac All-Andalus, 36 Escuela de Estudios Árabes 1971 En el mismo sentido "Lutero y el Islam en tiempos de Carlos V", por Pino Valero.. (4) Espiritualidad, reformas y arte en Valencia (1545-1609) Tesis doctoral de Francisco de Borja Franco Llopis. Bienio 2005-2007 (5) Guadalajara y Xavier, M. de, Memorable expulsión y Vistísimo destierro de los moriscos de España. 1613. fol. 157 (6) Cárcel Ortí, V., Historia de la Iglesia en Valencia. 1986. p. 214.
Mejor estudio es el de Louis Cardaillac (3) en el que pone de manifiesto que la postura inquisitorial frente al mahometano y el luterano es diferente, por cuanto al protestantismo no se le suponía germinando desde dentro (postura que sostienen muchos autores, pero que nosotros consideramos prorrumpiendo sin apenas influencias exteriores en el alumbradismo español) sino que venía de fuera, mientras el morisco estaba dentro, en el mismo territorio. “El católico no se defiende ante el musulmán, sino que trata de borrar sus costumbres para imponer las propias” (4). Para L. Cardaillac “no se puede estudiar el problema morisco sin interrogarnos sobre las relaciones que hayan podido existir entre moriscos y protestantes; en particular este estudio debería permitirnos precisar si la polémica de los moriscos es verdaderamente anticristiana o únicamente anticatólica”.
Las investigaciones de Cardaillac iban encaminadas a demostrar una comunicación bilateral que pudo servir para la difusión de bastantes ideas y sobre todo formando un frente anticatólico. En los procesos inquisitoriales del siglo XVI ya aparecen claras estas identidades entre moriscos y luteranos, no sólo porque era evidente la disidencia de ambos grupos y en este sentido daba lo mismo ser moro o luterano, sino porque en muchas cuestiones teológicas (sobre la virgen María, las imágenes, la Eucaristía) el mahometano estaba más inclinado al luteranismo. No hemos de olvidar que muchas de las iglesias de Aragón aparecían sin imágenes de la Virgen y sin la exposición del Santísimo. También la defensa de los protestantes era manifiesta. Guadalajara y Xavier (5) dice: “Con esta justa Expulsión bolvió nuestro invictisimo Rey por el honor de España: dando à entender con ella a los Protestantes, Calvinistas, Luteranos, y hereges de los Payses, quan falsamente imputan a los Españoles la decencia de destos Sarracenos: pues quedan purificados y limpios todos nuestros Reynos. Y à mas desto tapa y cierra las infernales, satyricas y desenfrenadas bocas de los pasquinistas y murmuradores (con aplauso del Vulgo) que sin tener para esto privilegio ni pagarles Republica, se arrojan temeraria y falsamente.”
Luis Bertrán (1526-1581) es el exponente valenciano de una predicación dirigida fundamentalmente a dos grupos bien definidos por los que muestra sus preocupaciones: “los herejes luteranos” y el problema “morisco”. Los luteranos y moriscos valencianos son los grandes quebraderos de cabeza de este predicador que, como Juan de Ávila, eran netamente evangélicos aunque en sus formas pareciesen católico-romanos. Ambos son tenidos por santos, sin embargo, en sus sermones, Luis Bertrán, según V. Cárcel Ortí (6) “no combatió los errores protestantes sino que se limitó a exponer la doctrina católica, sin defender verdades e instituciones eclesiásticas de las que no había por qué dudar. Su predicación estuvo centrada en la restauración de la vida cristiana entre el pueblo y en el retorno a las formas de disciplina regular para los religiosos, insistiéndoles en la necesidad de la oración, penitencia, vida mística e inmolación total.”
El Patriarca Ribera, también evangélico, en sus cuantiosos sermones, también tenía sus preocupaciones para los moriscos y luteranos. Este predicador y filósofo valenciano parece que estuvo relacionado con la más rancia nobleza valenciana, aunque tuviese preocupaciones a favor de los débiles y en este caso los moriscos. La relación con la nobleza, especialmente la de los Centelles y los Borja, Calabria y Zenete, que tenían inclinaciones reformadoras y en muchos de ellos luteranas, tuvo su acercamiento con los vasallos moriscos del conde Oliva en su varonía del Valle de Ayora, especialmente con los Centelles evangélicos y reformadores luteranos. Ximeno, en su estudio sobre los escritores valencianos explicó las campañas que realizó en el Valle de Ayora:“Pero aunque su ocupación ordinaria era esta, no por esso dexava de sembrar desde los pulpitos la semilla de la doctrina evangélica en los Corazones de los fieles. Más de cuarenta y siete años se empleó con ardentissimo zelo del bien de las almas en este apostólico ministerio, como él confiessa: y aviendo passado en el año 1538 á predicar, y enseñar la Doctrina Christiana à los Moriscos de la Valle de Ayora à instancia de D. Francisco de Centelles, que ya era Conde de Oliva, y Señor de Aquellos lugares, lo executó por más de un año con tan feliz sucesso, y con tanto gusto y alegría de aquellos miserables, que le obligó a hacer una representación poética, que intituló Pro Saracenis Neophytis, dirigida a D. Jorge de Austria, Arzobispo de esta Santa Iglesia, por manos de D. Juan de Gais, Canónigo de Valencia y Vicario General de esta Diócesis, y en la carta que a éste escribe, fecha en el Castillo de la Valle de Ayora à 15 de enero de 1539”.
NOTAS
(1) Inquisición y moriscos: los procesos del Tribunal de Cuenca escrito por Mercedes García-Arenal Siglo XXI de España Editores, 1987 (2) “Este declarante le dio ciertas razones dándoles a entender que su ley era mala y que Mahoma fue como Martín Lutero, y los susodichos disputaban con este testigo dándole a entender que su secta de mahomanes era mejor que la ley de los cristianos”. (3) Morisques et protestants. Louis Cardaillac All-Andalus, 36 Escuela de Estudios Árabes 1971 En el mismo sentido "Lutero y el Islam en tiempos de Carlos V", por Pino Valero.. (4) Espiritualidad, reformas y arte en Valencia (1545-1609) Tesis doctoral de Francisco de Borja Franco Llopis. Bienio 2005-2007 (5) Guadalajara y Xavier, M. de, Memorable expulsión y Vistísimo destierro de los moriscos de España. 1613. fol. 157 (6) Cárcel Ortí, V., Historia de la Iglesia en Valencia. 1986. p. 214.
No hay comentarios:
Publicar un comentario