Origen y destino de los morisquillos




por GERARDO MUÑOZ LORENTE                    
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE (XXXI)


Nobles, eclesiásticos y funcionarios se quedaron con casi todos los niños moriscos esclavizados en la provincia.

Otro trabajo realizado de manera detallada hace años es el que llevó a cabo el profesor Martínez Gomis acerca de los morisquillos que fueron llevados a la ciudad de Alicante.

Recordemos que, según este profesor, entre 1609 y 1614 llegaron a ser acogidos en Alicante 195 morisquillos, si bien la documentación que manejó para su estudio (de los archivos parroquiales y del municipal) le sirvió para desglosar los datos de acuerdo con los tres registros que se llevaron a efecto en la ciudad: 16 de julio de 1610, 4 de octubre de 1611 y 9 de diciembre de 1614. Gracias a ello podemos ver la evolución que siguió este sector determinado de la población alicantina: 94 morisquillos en 1610 (35 niños y 59 niñas), 123 en 1611 (59 niños y 64 niñas) y 98 en 1614 (41 niños y 57 niñas). Observemos que los 123 del año 1611 coinciden con los que extrajimos de los listados de Gironés, y también, casi, con lo indicado por Viravens en su crónica: "Inmediatamente a la publicacion del bando, los Alicantinos manifestaron los moriscos que tenían ocultos, ascendiendo el número de estos a 61 varones y 63 hembras de 5 a 15 años de edad, según así resulta de la relación que se formó y que también se guarda original en el Archivo del Municipio".

A la vista de estos datos, el profesor Martínez Gomis llega, entre otras, a las siguientes conclusiones:

Respecto al registro de 1610: "Además de la destacada diferencia existente entre niños y niñas manifestados (É) se aprecia también, un notable y lógico saldo a favor de los menores de 8 años —la edad permitida en ese momento, según la legislación, para quedar en la costa— (É). Es más que probable que las ocultaciones fuesen muy abundantes; en especial de los varones que sobrepasaban la edad permitida".

Respecto al registro de 1611: "El documento que presenta el mayor número de niños registrados (É). Ello nos lleva a pensar que se produjo tal vez en condiciones mucho más relajadas que el anterior, y que, al no deberse a un cupo de edad restrictivo, el número de ocultaciones fue menor". El número total de morisquillos ha crecido debido a la aparición de los que estaban ocultos por sus tutores, al rebasar la edad "legal". Lo ratifica el hecho de que, a pesar de no haber sido censados antes, sí que fueron bautizados. Sin embargo, 35 de los niños registrados en 1610 han desaparecido. La mayor parte son menores de cuatro años, lo que hace suponer al profesor que muchos de ellos debieron de fallecer durante aquellos quince meses.

Y respecto al registro de 1614: "En él aparecen los datos más completos sobre la situación de los niños". La disminución de morisquillos registrados la achaca el autor al traspaso, venta o huida de algunos de ellos. Como ejemplos de los que escaparon de sus tutores, menciona a "Miguel, un niño de 12 años natural de Laguar [en el registro anterior ponía como marca "blanco"], que desde los 7 había estado al servicio de Juan de Avellán, un oficial del Santo Oficio; Luis Juan, de 17 años, nacido en el vall de Albaida [señales y lunares] y que desde los 14 estaba en casa del notario Francesc Juan; Antonio, de 9 años, de Gata que había estado bajo la tutela de Simón Planelles".

Fueron los nobles, eclesiásticos, funcionarios y gente de carrera quienes se quedaron con casi todos los morisquillos; es decir, los más privilegiados. Tan sólo un 1% quedó bajo la tutela de algún campesino.

Los morisquillos fueron tratados como esclavos, a pesar de la prohibición oficial, incluso hasta después de cumplir la edad de emancipación. Existe al respecto mucha documentación que así lo demuestra, pero pongamos solo dos ejemplos: uno de Novelda, donde el párroco apuntaba en el libro de defunciones: "En 28 de diciembre de 1611 fue sepultado un morisquillo de edad de 5 años que era esclavillo de Celsa"; y otro de Gandía, donde Jaume Fuster concedió la libertad a la morisca Ana María García en su testamento, a condición de que fuese una buena cristiana: "(É) y és ma voluntat que Anna Maria, esclava mia (É) reste lliure franca y lliberta, sens estar subjecta a servitut ni esclavitud a persona alguna".

A mayor abundamiento, muchas de las familias que acogieron a morisquillos eran las mismas que solían comprar esclavos. Martínez Gomis nombra varias de estas familias alicantinas: los Martínez de Vera, los Escorcia, los Pobil, los Pascual, los Bendicho (É). Y los que hasta entonces no lo habían hecho por no tener el suficiente poder económico, vieron la llegada de los morisquillos como una oportunidad para conseguir esclavos a precio de coste (de manutención, se entiende). "Podría decirse que la presencia de los niños moriscos abarató el mercado de esclavos", dice M. Gomis, refiriéndose siempre a la ciudad de Alicante, a la sazón con 6.700 habitantes y casi 200 morisquillos.

Como en todas partes, los morisquillos en Alicante se casaron entre ellos, pero a diferencia de lo que ocurrió en otros lugares, las reseñas de que eran cristianos nuevos desaparecieron muy pronto de los libros parroquiales. Martínez Gomis sólo encontró tres casos a partir de 1614, "tan sólo tres en un espacio de más de treinta y cinco años". Lo que, para el profesor, "habla muy a favor del espíritu tolerante con que los alicantinos acogieron a los hijos de los moriscos".



1 comentario:

  1. Antonio Fernández López10 de mayo de 2010, 9:50

    Me sigue interesando el tema de los moriscos por profundizar en los argumentos de la intransigencia y en cómo una mayoría o mucha gente de un pais, durante mucho tiempo pudo compartir o ser cómplices de argumentos tan injustos

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