por GERARDO MUÑOZ LORENTE LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE (XXX)
por GERARDO MUÑOZ LORENTE
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE (XXX)
Muchos de los niños moriscos que se quedaron presentaban diversas marcas y señales, algunas hechas por sus padres, según la leyenda, para poder identificarlos en el futuro.
Los censos que fueron ordenados en función de las decisiones que se iban adoptando, arrojaron diferentes cifras en diferentes fechas, recogidas a su vez por los historiadores con cierta discrepancia.
Así, el primer día de abril de 1610, el virrey certificó que en el reino de Valencia había 1.832 morisquillos menores de 7 años, según Reglá y Martínez Gomis; uno más según Halperin y Giner Guerri. El 31 de agosto de ese mismo año había 950 morisquillos en el reino valenciano (241 de ellos en la diócesis de Orihuela), según Giner Guerri, mientras que Martínez Gomis (que cita a Lapeyre) dice que eran sólo 470. Un año más tarde, en agosto de 1611, todos los historiadores son unánimes al informar de que eran 2.450 los niños moriscos que había en el reino de Valencia, seguramente porque todos beben de la misma fuente: una carta del comisario García Bravo de Acuña dirigida a Felipe III. Unanimidad que se rompe con el resultado del censo encargado por el decreto del 29 de agosto de 1611 (que hemos mencionado antes) y que se conoció a finales de ese año: En tanto Pla Alberola y Martínez Gomis (siguiendo siempre a Lapeyre) repiten la cantidad de 2.450 niños, Giner Guerri la rebaja a 2.402 en fecha 8 de noviembre.
"Un ejemplo de la utilización de la informática al servicio de la investigación histórica". Con este subtítulo presenta el ontiñentino Ignacio Gironés Guillem la página web en la que ofrece una interesante base de datos sobre los morisquillos que se quedaron en el reino de Valencia, tras la expulsión de sus mayores.
Esta base de datos está sacada de varios documentos, siendo los más importantes los relativos al censo realizado en 1611, como consecuencia del edicto del virrey que ya conocemos, de fecha 29 de agosto de aquel año. Estos documentos son los legajos 241 (102 páginas) y 243 (188 páginas), que se conservan en el Archivo General de Simancas.
Con este material Gironés ha elaborado un listado en el que aparecen un total de 2.448 morisquillos, los cuales se quedaron en el reino de Valencia, según consta en dicha documentación. Como el propio Gironés reconoce, en este listado faltan los morisquillos que murieron entre 1609 y 1611, así como los que fueron llevados al extranjero (a Italia, principalmente) y los que sus tutores mantenían ocultos.
El listado cuenta con varios campos, entre ellos los correspondientes a la fecha de presentación del morisquillo, el nombre del presentador, oficio, por cuenta de quién, población en la que se presenta, su nombre cristiano, su origen, edad, sexo y las marcas que tenía. De manera que, al ofrecerse el listado en programas que permiten seleccionar, cortar y relacionar los registros que interesan, cualquiera puede ordenarlo de la forma que desee. Ahí reside la originalidad de la web de Gironés y el motivo del subtítulo de la misma.
Edad y sexo
Como se puede apreciar en el gráfico que nos ofrece Gironés sobre la edad y el sexo de los morisquillos en el reino de Valencia, un buen número de ellos superaban ya los 12 años, edad límite que por aquellas fechas (1611) seguía teóricamente en vigor. También había muchos que tenían menos de 3 años, seguramente cedidos por sus padres ante el temor de que fallecieran durante el viaje. En cuanto al sexo, el número está muy equilibrado: 1.217 niñas y 1.204 niños (en 27 no consta el dato).
Señales
Hay un total de 1.654 morisquillos registrados en el reino de Valencia con alguna marca o señal, lo que supone el 67'5% de ellos.
Algunas de estas reseñas identificativas son naturales: "lunares"; "pecas" o "pecosso"; "rubio"; "cejijunto"; "verruga"; "remolino", se supone que en el cabello; "cabello crespo"; "blanco de cara"; "blanca y rubia"; "carirredondo"; "cariflaco"; "aguileño"; "ojos alegres"; "ojos de gato".
Otras indicaciones se refieren a "señas", sin especificar (una muchacha presentada en Benissa tenía "5 señales" y otra procedente del Valle de Laguar y presentada en Alicante tenía "3 señas izquierda y 3 derecha"; ambas mayores de 13 años); o a defectos físicos o secuelas de enfermedades: "viruela", "cojo", "mellado", "tiña", "rostro torcido", "partido el labio", "tartamudo", "cortada una oreja", "vizco", "una pierna sin hueso", "tuerto", "tullido", "seis dedos en cada pie", "nube ojo", "6 dados mano derecha", "manco", "espalda quebrada".
Las hay que señalan alguna deficiencia mental: "tonto", "simple"; y en algún caso se indica algo tan subjetivo como "feo".
Abundan las indicaciones de heridas, algunas "de fuego" o "quemaduras". Son muchas las reseñas de "golpes" y "heridas". Algunos niños presentaban varias heridas y, en el caso de Ángela, de 10 años, presentada en Gandía procedente del Valle de Laguar, tenía "muchas heridas".
Desde luego hay morisquillos con varias reseñas. Un varón de siete años que llegó a Alicante procedente de Relleu, presentado por el "cavallero Gerónimo Pasqual de la Berónica", aparece con las marcas: "Tartamudo, cortada la oreja derecha". De Vicenta, una muchacha de 15 años presentada en Alcira, se dice: "Tonta, visca y dientes grandes". Y un chico de 11 años presentado en Benefallim tenía "cuchillada en la boca y una pierna sin guesso".
En muy pocos casos se aprovechó la casilla destinada a las marcas para informar del lugar de bautizo del morisquillo.
Bautizos y matrimonios
Gracias a los libros parroquiales se sabe cuándo y dónde fueron bautizados muchos de aquellos morisquillos, ya que no lo habían sido antes al impedirlo sus padres. En la iglesia de San Pedro de Benissa, por ejemplo, se celebró un bautismo colectivo el 28 de octubre de 1610. El párroco bautizó a 25 moriscos de entre 3 y 14 años. Los 10 varones, procedentes del Valle de Gallinera, Jalón, Benichembla, Tárbena y Relleu, fueron bautizados por la mañana; y las 15 niñas, que procedían de Jalón, Benichembla, Tárbena y Senija, recibieron el sacramento por la tarde.
En los libros matrimoniales también aparecen los datos de bodas entre moriscos, entre "fills de moros expulsos", según consta en muchos casos. Y es que no se conocen matrimonios entre cristianos nuevos y viejos posteriormente a la expulsión. Los morisquillos, cuando crecieron, se casaron entre ellos. Por supuesto, lo hacían usando sus nombres cristianos y, en su mayoría, con los apellidos de sus tutores Así, el 23 de abril de 1629 se casaban en Jalón Bertomeu Calbet y Gerónima Muera, moriscos nacidos en Laguar y Guadalest, respectivamente. Aunque también hubo quienes continuaron usando sus apellidos familiares.
Con motivo del cuarto centenario de la expulsión, son bastantes los investigadores históricos que llevan meses dedicándose a examinar con detenimiento los libros parroquiales en busca de datos sobre morisquillos. Hace ya tiempo, no obstante, hubo otros que se anticiparon haciéndolo en determinados lugares.
Así, Giner Guerri, en su obra ya citada, plasmó el resultado de sus exámenes de los libros parroquiales de Murla y otros fondos. Enumera hasta once matrimonios entre cristianos nuevos, desde 1628 hasta 1660, siendo los últimos hijos de aquellos morisquillos que se vieron obligados a quedarse tras la expulsión. Aunque tienen nombres cristianos, casi todos ellos conservan sus patronímicos moriscos. Citemos algunos de ellos: Nophre Pandur, natural de Jalón, y Raphaela Mixato, de Sagra (11-I-1628), con hijos y nietos bautizados hasta 1673; Agustí Capurri, de Parcent, y Luisa Hemes, de Orba (en esta localidad actualmente aparece censado el apellido Helmes), casados el 30-V-1628 y con descendientes bautizados hasta 1659; Miguel Barday, de Murla, y Thomasa Arbi, de Benichembla (junio 1630); Hierony Cotayla, de Benisili, y María Saydet, de Parcent (23-III-1631) con descendencia bautizada hasta 1677; Joan Bay, de Murla, y María Simó, de Pedreguer (20-VIII-1653), hijos ya de morisquillos (según Giner la familia Bay aparece en muchos documentos de Murla desde 1554 hasta 1643; actualmente este apellido pervive en varias localidades alicantinas); Miquel Poduper y Angela Aviat, ambos de Murla (11-IX-1624), con descendientes bautizados hasta 1672.
Las reseñas de que son cristianos nuevos persisten durante décadas, incluso en las actas de defunción. Así, el 11 de febrero de 1627, se apuntaba en el libro de defunciones: "Luis nació de morisco del present Regne morí en lo spital desta vila [Murla] home que seria de 35 anys fadrí rebé los sacraments"; y el 12 de enero de 1664: "morí subitament Lluis Bestango christiá nou".
Nunca me ha interesado la enumeración de datos provenientes de legajos, pero el tema morisco lo llevo dentro y no hay modo de que se me pase. No entiendo por qué aquella gente tuvo que dejar su tierra y vagar por el mundo como proscritos, sometidos a todo tipo de tropelías y, al final, se ve que no hubo forma de encontrar otro arreglo que la expulsión de su pais y de su cultura. No me cabe en la cabeza y estoy clavado al drama y mientras lo tenga no pienso negarlo. Seguiré, por tanto este blog del que, francamente, esperaba un mayor contacto
ResponderEliminarApreciado Antonio:
ResponderEliminarCelebro y agradezco tu sensibilidad hacia el hecho de los Moriscos. El genocidio que se cometió contra ellos sigue golpeando las conciencias porque demuestra la crueldad y falta de escrúpulos de que hacen gala muchos seres humanos.
Los datos concretos que aportan los legajos, a mi juicio, ayudan a comprender las situaciones teniendo en cuenta su contexto. En este sentido, aplaudo la labor de quienes optan por bucear en archivos históricos con la intención de aflorar detalles de otras épocas. En este caso, he considerado interesante reproducir el magnífico trabajo de Gerardo Muñoz Lorente, que nos puede acercar a lo sucedido con los Moriscos en tierras alicantinas.
Francamente no entiendo bien el sentido de que esperabas un mayor contacto de este blog. Te agradecería que ampliases tu idea, con el sano propósito de mejorar todo lo que esté a mi alcance.
Gracias por tus palabras, y aquí estoy por si puedo ayudar en algo. Un saludo.
No desprecio para nada el trabajo de otros profesionales. Todo lo que se hace con rigor es digno de encomio. Digo que para mí no me gustaría, que yo me muevo más por intuiciones y esto no es mejor ni peor, sólo distinto. Con tus palabras, José, queda claro lo del contacto. Yo lo echaba de menos desde tu respuesta a mi artículo de LOS MORISCOS. Eso es todo. Es que este tema me interesa mucho. Un saludo
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