El olivo donde Aben Humeya fue coronado rey de los moriscos

Aún existe en la Alpujarra, en la finca conocida como 'La haza del moro', este histórico ejemplar
09.01.12 - 01:20 - 
Manuel Santiago limpia el 'Olivo del moro'. :: RAFAEL VÍLCHEZ
La finca conocida como 'La haza del moro', ubicada en Narila, anejo del municipio alpujarreño de Cádiar, alberga el histórico y muy visitado '0livo del moro'. Es un vetusto ejemplar arbóreo perteneciente a Manuel Santiago Fernández, donde según la leyenda, Aben Humeya fue coronado rey de los moriscos con una corona de la imagen de la Virgen del Rosario.
La Alpujarra fue el último feudo del rey Boabdil tras las capitulaciones ante los Reyes Católicos. El rey moro se estableció y convivió con los lugareños de la zona del Andarax. Siempre que podía se desplazaba con sus perros y halcones a las montañas y laderas para llevar a cabo una de sus mayores aficiones: la cacería. Boabdil duró tan solo un año en estas tierras alpujarreñas, ya que fue enviado a África por temor a nuevos levantamientos armados y por considerarse nefasta la firma de otorgamiento de las capitulaciones conseguidas.
Aplastadas varias rebeliones moras, se aplicó con dureza a estas personas algunas leyes y restricciones: se les prohibió bañarse, tocar sus instrumentos musicales, hablar su idioma, entre otras cosas. En la Nochebuena de 1568 se levantó la Alpujarra bajo el mando de don Fernando de Válor, descendiente del árabe y califa de Córdoba, que fue educado desde pequeño en Granada. Este tomó su antiguo nombre de Aben Humeya y fue proclamado rey de los moriscos en Béznar (en la comarca del Valle de Lecrín) y más tarde coronado bajo el citado olivo, que todavía perdura cerca del acceso rodado de Narila.
Aben Humeya se desplazaba desde Válor a otras posesiones de Mecina Bombarón, Cádiar y Narila para despistar al enemigo. En 1569 fue traicionado y asesinado por su primo hermano Diego López, también llamado Aben Abo.
Aben Humeya era descendiente de los Omeyas de Córdoba. A su abuelo, que había adoptado el nombre de Hernando de Córdoba, le concedieron el señorío de Válor y de ser miembro del cabildo de Granada a cambio de su colaboración con los Reyes Católicos. Esta familia fijó su residencia en Válor el Alto (como así se llamaba la zona alta del pueblo) y añadió el nombre de Válor a su apellido, pasando a ser de Córdoba y Válor y consiguiendo el apodo de 'Los valoris'.


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