El grupo socialista insta al Gobierno a establecer relaciones económicas, sociales y culturales con el Magreb y el África subsahariana.
15/11/2009 |
Madrid. (EFE).- El grupo socialista insta al Gobierno a establecer y reforzar los vínculos económicos, sociales y culturales con las poblaciones del Magreb y de África subsahariana descendientes de los moriscos expulsados del territorio español en el siglo XVII. Con esta idea, coincidiendo con el IV Centenario de la Expulsión de los Moriscos, ha registrado una proposición no de ley, para su debate en la Comisión de Asuntos Exteriores, en la que pide que se lleven a cabo determinadas actuaciones en este sentido.
Los socialistas también quieren que dichas acciones se acompañen del reconocimiento institucional de la injusticia que en su día se cometió con los moriscos expulsados de España. En la iniciativa parlamentaria, se defiende la necesidad de recuperar esa memoria histórica relacionada con los moriscos para concienciar a los ciudadanos de hasta dónde pueden llegar "la intolerancia, el fanatismo o el racismo sociocultural".
El PSOE cree que es un "momento propicio" para que el ejercicio colectivo de la memoria tenga continuidad y se establezcan "nuevos lazos entre la España de hoy y los descendientes e aquellos que nunca debieron verse obligados a abandonar su tierra".
Esta noticia de la Agencia EFE, publicada por el diario La Vanguardia y otros medios de comunicación el 15 de noviembre, me ha complacido sobremanera. Que el grupo parlamentario del partido actualmente en el Gobierno haya presentado una proposición no de ley al objeto de restituir a los descendientes de los moriscos la dignidad violentada a sus antepasados es una excelente noticia. Precisamente ésta es una constante reivindicación de numerosas instituciones y ciudadanos de a pie (entre quienes me incluyo, y así lo he explicitado en más de un artículo de este mismo blog), que también opinamos que ahora es un momento propicio para este paso histórico. Imagino que en el debate parlamentario habrá sus detractores, como es natural, pero dada la naturaleza de aquel atropello y el inmenso sufrimiento que generó a tantos españoles, espero que sus señorías acojan la propuesta con generosidad y altura de miras. Y, sobre todo, que el texto que resulte contenga medidas y acciones concretas que contribuyan a olvidar viejos recelos y a construir un nuevo porvenir.
A título personal, estoy convencido de que este acercamiento es ineludible. Continuar postergando este grave asunto, y negarse a una justa reparación, sólo puede significar que los españoles actuales aún no han desterrado el sentimiento de exclusión que motivó aquel desafuero hace cuatro siglos, lo que en justicia inhabilitaría a nuestras instituciones para enarbolar la bandera de la tolerancia y del respeto a la diferencia. En cualquier caso, en mi nombre y en el de muchos descendientes de aquellos españoles expulsados, agradezco de corazón al grupo parlamentario del PSOE por esta magnífica iniciativa legal y le deseo el mayor éxito en su propuesta. Éxito que complacería a numerosas personas en todo el mundo que llevan siglos esperando el ansiado reconocimiento institucional, y al mundo islámico en general que vive el tema de los moriscos como uno de sus más dolorosos episodios por el enorme desprecio que se les mostró.
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